El sector bancario tiene a lo largo de su historia momentos de transformación que han marcado nuevos rumbos en la forma en que se relacionan con sus clientes, y justo ahora, en plena pandemia, estamos ante la consolidación del más reciente: la Banca como Servicio (BaaS, por sus siglas en inglés).

BaaS es un modelo de atención que pone al alcance de los consumidores herramientas digitales financieras creadas por los propios bancos o en conjunto con empresas fintech, organizaciones que encuentran en la innovación tecnológica su principal bastión.

Las instituciones bancarias cuentan con una licencia que les permite operar todo tipo de servicio financiero regulado (cuentas, créditos, seguros, arrendamientos, inversiones en bolsa, etcétera), algo que las fintech no pueden realizar. Así que la sinergia funciona de la siguiente forma: los bancos abren sus API’s (interfaces que permiten conectarse a sus sistemas) a fintechs y startups, lo que las habilita para ofrecer estos servicios o apalancarse de la infraestructura tecnológica que los hace posibles.

El resultado de todo ello son experiencias digitales financieras de vanguardia que buscan ofrecer servicios personalizados, de fácil uso y con una excelente experiencia de usuario.

Este impulso innovador de la tecnología aplicada al sistema financiero lleva ya algunos años con altos niveles de crecimiento y grandes progresos alrededor del mundo.

En el caso de nuestro país, el ecosistema fintech se muestra imparable desde el 2016. “Con 18% de crecimiento neto, México se consolida como un líder indiscutible para la innovación financiera en América Latina con 394 start-ups”, informaba la empresa de consultoría KPMG al presentar, a principios de este año, los resultados de su reporte “Fintech 100”.

Pagos y préstamos son los principales segmentos de interés entre las empresas de esta industria, pero los servicios que ha traído esta tecnología disruptiva a la banca van mucho más allá.

Las plataformas de servicios financieros BaaS que han conformado los bancos que operan en nuestro país comprenden múltiples soluciones digitales, entre ellas:ahorro e inversión, banca en línea para personas y empresas, banca móvil, gestión de divisas y remesas, los mencionados pagos digitales (terminales punto de venta, pagos entre personas y pago de servicios, por ejemplo) y seguros.

Algunas instituciones bancarias incluso han dado un paso más allá al crear tiendas online de APIs diseñadas para empresas que buscan servicios especializados: herramientas digitales para la administración y control de activos en arrendamiento y/o factoraje, gestión de programas de recompensas, control de nómina o servicios para validar la identidad de los usuarios y reducir riesgos de fraude o robo de identidad.

Los bancos que apuntan al futuro

El “Informe de Banca Digital en México 2020” revela que 82% de los bancos mexicanos ha desarrollado al menos una herramienta de banca móvil para sus clientes, pero que sólo 44% de ellos cuenta con una herramienta de banca en línea especializada para clientes empresariales y que apenas 33% de los bancos mexicanos cuenta con al menos una herramienta independiente para ahorrar y/o invertir digitalmente.

Lo anterior significa que mientras algunas instituciones incluso exploran nuevos modelos de banca 100% digital, otras no han aprovechado al máximo los canales digitales de la revolución fintech.

“En este contexto, llevan ventaja las instituciones financieras que han hecho de la innovación un pilar de su estrategia, ya que están mejor preparadas para poner en marcha herramientas digitales que puedan ofrecer servicios financieros más rápidos, eficientes y cohesionados en la nueva realidad”, concluye dicho informe.

Los bancos más innovadores entienden esto perfectamente por lo que aprovechan al máximo la inteligencia artificial para brindar una experiencia digital más humanizada. En otras palabras, llevar de la mano a los clientes tradicionales a un ambiente digital seguro y amigable, eso es BaaS, la nueva era de los servicios financieros.

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