Fiel a su estilo de no generar falsas expectativas, la Reserva Federal de EE UU cumplió con el guion previsto. Una semana después de que la inflación estadounidense repuntara a su nivel más alto en 40 años (6,8%), el banco central reafirmó su compromiso con la estabilidad de los precios y se mostró más agresivo. El Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) acordó por unanimidad duplicar la reducción de las compras. A partir del próximo enero dejará de adquirir activos por valor de 30.000 millones al mes. Con esta decisión, la Fed se encamina a concluir el tapering en marzo, tres meses antes a lo inicialmente previsto. El cambio en el ritmo de la reducción refleja “los desarrollos de la inflación y la mejora adicional el mercado laboral”, según el comunicado del comité.
Pero las novedades en materia de política monetaria no quedaron ahí. El alza de los precios y la fortaleza que viene mostrando la economía estadounidense podrían justificar una subida acelerada de los tipos, proceso que comenzaría a mitad de año. Para 2022 los miembros del FOMC prevén tres subidas de los tipos. De confirmase estos pronósticos en cuestión de meses el precio del dinero pasaría de su mínimo histórico del 0-0,25% al 0,75%-1%. Esto supone un cambio importante respecto a la última vez que actualizaron las proyecciones. En septiembre el comité estaba dividido sobre la necesidad de subir los tipos en 2022. Las nuevas proyecciones son más agresivas incluso y prevén otras tres subidas de las tasas en 2023 y dos en 2024, proceso tras el cual la horquilla de los tipos se situaría entre el 2% y el 2,25%, niveles no vistos desde septiembre de 2019.
“La economía ya no necesita tantos estímulos con los elevados niveles de inflación” , señaló Jerome Powell en la rueda de prensa. A pesar del cambio radical, la Fed reiteró que está preparada para ajustar el ritmo de las compras si los cambios en las perspectivas lo justifican”. Lo que sí desapareció del comunicado fue la referencia a la transitoriedad de la inflación, idea reiterada, y por activa y por pasiva en los últimos meses.
Además de las nuevas proyecciones de tipos, la Fed actualizó el cuadro macro. El comité espera que en 2021 EE UU crezca un 5,5%, cuatro décimas más que lo previsto anteriormente. En 2022 el PIB aumentará un 4% y ya en 2023 se moderará al 2,2%. La inflación concluirá el año en el 5,3%, para bajar al 2,6% en 2023, nivel aún superior al objetivo del 2%. La mejora del mercado laboral seguirá su curso. La tasa de desempleo caerá del 4% en 2022. Por su parte, la inflación subyacente, aquella que no incluye los precios energéticos, se situó en noviembre en el 4,9%, tres décimas por encima de la del mes previo. Para el cierre del ejercicio, la Fed prevé que finalice en 4,4% y ya en 2023 caiga del 3%.
La mejora de las proyecciones sirvió de revulsivo a Wall Street, que avanzó sobre un 1,6%. En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono a dos años se situó en el 0,66% -aunque llegó a rozar los máximos anuales del 0,68%-, mientras la deuda a 10 años subió un 1,46%.