República Dominicana puede mostrar unos índices de crecimiento económico y desarrollo social que le convierten en un país confiable y próspero del área. Por su estabilidad macroeconómica y política como por sus índices de crecimiento, el país atrae inversiones que lo colocan en una posición privilegiada frente a sus competidores. En ese proceso la relación entre el sector privado y el sector público ha estado basada en el respeto y la colaboración.
Tanto los funcionarios como los líderes empresariales e institucionales han sido particularmente cuidadosos en mantener canales de comunicación transparentes y equitativos. Esto es un logro para preservar y fortalecer.
El diálogo es la única forma de enfrentar con éxito los desafíos e incertidumbres externos que prevalecen en la actualidad sobre las economías y la estabilidad financiera mundial y nacional.
Vivimos tiempos de modernización y actualización constantes y para seguir el ritmo que impone la geopolítica económica mundial, esta armonía y diálogo son indispensables.
No todo el camino será fácil, siempre se presentan obstáculos. De cómo se manejen las diferencias depende el resultado. Y ese resultado tiene consecuencias para todos los demás sectores, para todo el país: es crecimiento o estancamiento.
En un tiempo en el que la tentación de las redes sociales es alta, en que el ruido atrae más que el rigor, en que la sociedad del espectáculo alcanza campos de actividad que antes eran discretos, la confidencialidad y la rigurosidad con que se manejen las diferencias será lo que marque el éxito o el fracaso.
El respeto a la reputación de las instituciones privadas o públicas es innegociable. Solo con una comunicación fluida y equitativa puede lograrse.
¿Qué se necesita? Para los empresarios… honestidad y transparencia. Para los funcionarios… honestidad, transparencia y humildad. El poder tiene tentaciones que la sabiduría debe saber esquivar.
La seguridad jurídica que ofrece nuestro país es una de las razones por la que las inversiones extranjeras miran nuestro territorio. De hecho, la República Dominicana registró el mayor avance mundial en el WJP Rule of Law Index 2025, al escalar del puesto 86 al 76 entre 143 países y mejorar su puntaje general de 0,49 a 0,50 equivalente a un incremento del 2,1%.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestra estabilidad macroeconómica y la solidez del sistema financiero del país como recientemente lo expresaron los directores del F.M.I. al elogiar “los esfuerzos continuos que lleva a cabo República Dominicana para fortalecer las políticas y las instituciones y promover reformas proempresariales, que han propiciado un desempeño macroeconómico sólido en las últimas dos décadas.”
