Dos tipos de dinero
El euro es la moneda de la zona del euro. Más de 340 millones de europeos usan billetes y monedas en euros como efectivo y pagan en euros cuando compran por Internet. Una de nuestras responsabilidades, además de nuestro objetivo principal de mantener la estabilidad de precios, es emitir billetes en euros y garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de pago.
Pero el efectivo no es lo mismo que el dinero electrónico: uno es dinero de banco central y el otro es dinero privado.
Todos utilizamos ambos tipos de dinero pero la diferencia es importante para entender la necesidad de un euro digital.
¿Qué es el dinero de banco central?
El dinero que creamos en el BCE se denomina dinero de banco central. El efectivo que llevamos en la cartera es dinero de banco central. En realidad, los billetes y monedas son actualmente el único tipo de dinero de banco central disponible para el público.
El dinero de banco central también se denomina dinero público porque lo emite una institución pública —el banco central— y, por tanto, está respaldado por el sector público
¿Qué es el dinero privado?
Los bancos comerciales también crean dinero. Es lo que hacen cuando te conceden un préstamo y el dinero aparece en tu cuenta bancaria. Este tipo de dinero se denomina dinero privado e incluye también el saldo que ves en tu extracto bancario y los ahorros que tienes en tu cuenta. Los pagos que haces con tu tarjeta de débito o crédito, o a través de servicios de pago en Internet, son transferencias de dinero privado, puesto que utilizas dinero creado por tu banco.
¿Cómo interactúan los tipos de dinero?
Cuando retiras billetes, estás convirtiendo el dinero privado de tu cuenta bancaria en dinero de banco central. Y, al contrario, cuando depositas en tu banco, por ejemplo, un billete de 20 euros que te dieron por tu cumpleaños, conviertes dinero público en dinero privado.
El dinero público sirve de ancla para el sistema monetario. Es la razón por la que los ciudadanos pueden confiar en el valor del dinero privado emitido por los bancos. Las empresas aceptan pagos con tarjeta de crédito porque saben que pueden convertirlo en una cantidad equivalente de dinero de banco central.
Un euro digital: cerrar la brecha
Nuestro objetivo es combinar los beneficios del dinero de banco central con la manera en que los ciudadanos utilizan el dinero y pagan hoy en día. Esto nos permitiría proporcionarles dinero público en formato electrónico, además de efectivo. Para ello, necesitamos dinero digital de banco central: un euro digital.
Al igual que gastas el dinero de tu cuenta bancaria, podrías usar una tarjeta o una aplicación telefónica para pagar con euros digitales. Pero sería dinero del banco central, garantizado y respaldado por el BCE.
Beneficios de un euro digital
La introducción de un euro digital podría apoyar la digitalización y ayudarnos a satisfacer las necesidades y preferencias de pago de todos los ciudadanos. A su vez, la digitalización puede contribuir al crecimiento económico.
Otro beneficio es que el euro digital aumentaría la resiliencia de nuestra moneda ante los avances tecnológicos no regulados en los sectores bancario y financiero —como los criptoactivos y las soluciones de pago alternativas que no utilizan las principales redes de tarjetas— que podrían socavar la estabilidad financiera.
Bitcóin, ethereum, tether y otras criptomonedas no son dinero
En los últimos años han surgido muchos criptoactivos en todo el mundo, que también se conocen como «criptomonedas». Sin embargo, este nombre es engañoso, puesto que no cumplen las tres funciones del dinero: medio de cambio fiable, depósito de valor y unidad de cuenta.
Además, estos activos no están respaldados ni gestionados por ninguna entidad central. No tienes garantía de que podrás canjearlos por dinero cuando los necesites.
Incluso las stablecoins, que intentan ofrecer activos digitales menos volátiles utilizando tecnologías similares, no son tan estables como afirman. El valor de una stablecoin se basa exclusivamente en una promesa realizada por una empresa privada. Además de la lentitud y los elevados costes de las transacciones, sus emisores tampoco aclaran la forma de utilizarlas y, ciertamente, no pueden utilizarse para pagar las facturas diarias.
La necesidad de un euro digital
Muchas personas están dejando de utilizar el efectivo y recurren cada vez más a los nuevos medios de pago digitales. Queremos salvaguardar el papel del dinero público como ancla monetaria y mantener la confianza en nuestra moneda.
Emitir un euro digital nos permitiría reforzar el sistema monetario y de pagos, y todos podríamos usar dinero público para realizar pagos seguros en cualquier lugar de la zona del euro.